REalizar un crucero puede ser una actividad de ensueño. Viajar a bordo de una de estas naves supone una majestuosidad, un relax y una diversión que pocas veces se le puede ofrecer a un turista cuando contrata otras ofertas de viajes. No obstante detrás de todo gran crucero existen un gran responsabilidad, porque los problemas pueden ocurrir.
Aunque la tripulación del barco esté perfectamente preparada, nada se puede hacer contra los imprevistos de última hora, o las inclemencias del tiempo. Ya hemos visto en internet, en reiteradas ocasiones cómo los barcos parecen tan frágiles cuando arrecia una tormenta en altamar.
Pero ¿qué sucede cuando el problema no es de los elementos, sino de algun desperfecto técnico del barco?
Bien, esto puede ocurrir y de hecho ocurrió en uno de los barcos de la naviera Carnival: el Carnival Esplendor (en la foto vemos cómo fue ayudado con provisiones, por la marina de los EEUU)
Fue hace algunos meses atrás cuando éste, con unos tres mil pasajeros a bordo que se dirigían para pasar unas vacaciones de ensueño en la riviera mexicana, tuvieron que sufrir un calvario de tres díuas luego de que el barco se quedase sin luz.
Todo se debió a un incendio en el cuarto de máquinas provocado por un cortocircuito. Esto detuvo la marcha de los motores de la nave, al tiempo que se dejaba sin electricidad para las bombas responsables del agua, la calefacción, la ventilación, los baños, el aire acondicionado, etc.
Lo peor de todo es que el barco había quedado en una zona fuera del área de cobertura para los teléfonos móviles.
Sin embargo y por fortuna, la tripulación se hizo cargo y pidió que la gente se dirija a los botes salvavidas, aunque luego no fue necesario ya que se controlaría el fuego.
En total fueron 4.500 personas varadas durante tres días a bordo del Carnival Splendor con problemas de baños tapados, poca agua y los víveres que se acababan. Puede suceder, pero por fortuna el barco fue ayudado por la marina de los Estados Unidos y remolcadores que lo llevaron a puerto.